Mollie (Kirstie Alley) se ha quedado embarazada de un hombre casado. Entonces decide criar sola a su hijo y buscar para él un padre perfecto. Pero el niño tiene sus propias opiniones al respecto, y no se priva de hacer todo tipo de comentarios sobre los posibles candidatos. Él quiere como padre al taxista (John Travolta) que le ayudó al nacer.
Era el año 1989 y Mira quién habla se convertía en un descomunal éxito. La curiosa comedia costaba 7,5 millones de dólares. Una cifra irrisoria que servía para amasar unos impresionantes 300 millones de dólares en los cines de todo el planeta. Con semejantes precedentes, no es de extrañar que Screen Gems ya haya puesto en marcha el regreso de la cinta.
El director Jeremy Garelick (El gurú de las bodas) se pondrá al frente de un proyecto que todavía nos genera bastantes dudas. No tenemos claro si es un remake, un reboot o una secuela. Igualmente, el regreso de John Travolta y Kristie Alley como protagonistas también es toda una incógnita. En cualquier caso, Mira quién habla prepara su regreso y eso ya no hay nadie que lo pare.