Allá por 2017 conocíamos a tres madres (Madeline, Celeste y Jane) del norte de California cuyas vidas, aparentemente perfectas, se ven sorprendidas por un asesinato durante un evento para recaudar fondos del colegio de primaria. Celeste (Nicole Kidman) es una mujer con una vida familiar perfecta y un esposo ejemplar. Sin embargo, luchará por conseguir algo que le quita el sueño todas las noches. Madeline (Reese Witherspoon) es una madre atrevida, divertida, pero tendrá que soportar que su exmarido y su actual mujer vivan en la misma ciudad que ella. Por su parte, Jane (Shailene Woodley), una madre soltera y su llegada a la nueva ciudad no será todo lo placentera que pudiera imaginar.
Big Little Lies se convertia en una de las sorpresas televisivas más agradables de los últimos años. La adaptación de la novela de Liane Moriarty encandilaba a crítica y espectadores. De hecho, la serie lograba montañas de premios. Así, lo que había nacido como una miniserie autoconclusiva, era solo el principio de lo que estaba por venir.
Nadie contaba con mas episodios de Big Little Lies, por lo que la HBO ocupaba al sensacional director Jean-Marc Vellée en el rodaje de Heridas abiertas. La sensacional Andrea Arnold (Fish Tank, American Honey) ocupaba su lugar. Sin embargo, a nadie le pasaba desapercibidas las similitudes en la dirección con su predecesor. Algo que, según acabamos de descubrir, fue completamente ajeno a la directora.
Efectivamente, Andrea Arnold está de lo más molesta con la HBO. Su estilo quedaba completamente mutilado por unos montajes de la cadena en los que se buscaba seguir el patrón de la primera temporada. Así, Indiewire ha publicado que Arnold se encuentra completamente devastada por la experiencia.