Decenas de generaciones traumatizadas en 3,2,1… Como regalo de su dieciocho cumpleaños el revoltoso Goku recibe una misteriosa Bola de Dragón. Sólo existen seis más y se dice que al unir las siete cualquier deseo puede ser concedido a quien las posee. Así, el joven tendrá que salvar al mundo de las fuerzas del mal. La virgen…
Desde su mismo origen la cosa ya no pintaba demasiado bien. Después de que generaciones y generaciones de niños del mundo (y no tan niños) creciésemos con las aventuras de Goku y compañía, el director James Wong nos prometía la adaptación cinematográfica que tanto tiempo llevábamos esperando. Hablar de ridícula adaptación sería injusto, dado que cualquier parecido con los dibujos de Toriyama es mera coincidencia. Dragonball Evolutión era una película cosa difícil de digerir. Solo podría haber sido más cutre poniendo un Goku de cartón piedra.
A día de hoy, lo único que os podemos recomendar es que sigáis merendando vuestro bocadillo de Nocilla mientras veis la serie animada, uno de los mayores placeres del aquí firmante. Hagamos como que Dragonball Evolution nunca existió y esperemos con paciencia que algún día alguien se lance con adaptación a imagen real que todos merecemos.