Bajan las aguas revueltas en la saga Fast & Furious. Los problemas entre algunos de sus actores son de dominio público. Dwayne Johnson no traga a un Vin Diesel al que considera problemático y caprichoso. Detesta trabajar con él, lo que le llevaba a impulsar el primer spin-off de la saga junto a Jason Staham. Desgraciadamente, el estreno en taquilla de Hobbs & Shaw ha sido más que decepcionante, lo que ha provocado que vuelva a levantarse la tapa del cajón de problemas.
Si Dwayne Johnson no traga a Vin Diesel, Tyresse Gibson no puede ni ver a Johnson. El actor encargado de dar vida a Roman Pearce en la motorizada saga montaba en cólera tiempo atrás ante los problemas del desarrollo de un spin-off, ya que eso obligaba a retrasar el proyecto de Fast & Furious 9. En su día tenía sus más y sus menos con un Dwayne Johnson al que ahora le ha metido una buena puya tras la relativa decepción en taquilla de Hobbs & Shaw.
“Mis respetos a una cosa: Lo han intentado. Romper la familia no tiene el valor que uno asume que tendría. La Roca y el equipo vendrán a bailar de nuevo con nosotros”. Ese era parte del mensaje de Tyresse Gibson al pie de una fotografía en la que se apuntaba a que Hobbs & Shaw había tenido el peor estreno desde Tokyo Race. Eso sí, luego también alababa a The Rock como gran estrella del cine para limar asperezas después del “zasca”.
A lo mejor me he perdido algo, pero esa película lleva recaudada a día de hoy una suma bastante decente y se habla de secuela casi con seguridad.
En realidad no ha tenido éxito. No pudo superar al Rey León entre otros estrenos. Acabarán recaudando pero ni de lejos lo que pensaban recaudar. Y es que viendo la historia de F&F actualmente deja muchísimo que desear. Han convertido una de mis sagas favoritas desde niño en una pésima colección de películas sin sentido y sin argumento creíble.