La calidad vuelve a estar disparada, pero el público no regresa. Los fans de The Walking Dead se llevaban un golpe muy duro con la octava temporada. Nada en ella funcionaba como cabría esperar, provocando el hastío generalizado. Desgraciadamente, todos esos seguidores perdidos dejaron de ver una ficción que luce esplendorosa, lo que se está traduciendo en datos de audiencia realmente horrorosos.
El arranque de la temporada 10 de The Walking Dead congregaba ante los televisores de Estados Unidos a 4 millones de espectadores, lo que se convertía en el peor dato para un comienzo desde aquellos 5,35 del episodio piloto, cuando todavía no tenía sus legiones de fans. De hecho, hablamos de una serie que ha llegado incluso a los 18 millones de espectadores en sus mejores días.
Pese a que esto podría parecer un desastre, lo cierto es que The Walking Dead es una serie de producción bastante barata, con numerosas reproducciones más allá de los capítulos en su estreno en abierto y que genera enormes beneficios en ventas de merchandising. Nada es tan grave como podría parecer.