Ha sido una de las más sorprendentes noticias de los últimos días. Cuando parecía que el futuro de Star Wars descansaría sobre sus hombros, David Benioff y D.B Weiss anunciaba su renuncia a hacerse cargo de la nueva trilogía intergaláctica. Disney había anunciado el fichaje de los responsables de Juego de Tronos a bombo y platillo meses atrás, por lo que su partida caía como un jarro de agua fría.
¿Qué ocurrió? La versión oficial habla de problemas de agenda, pero la realidad es que la mareante oferta de Netflix y la presión que ambos empezaban a sentir por los fans (siguen traumatizados después de la oleada de críticas recibidas por el final de Juego de Tronos) tuvieron la culpa. Así, nos quedamos sin disfrutar de lo que prometía ser una nueva era de lo más ambiciosa y con planes completamente novedosos que ahora, con ambos fuera del proyecto, acaban de ver la luz.
Según publican medios del calibre de THR o Variety, terminado el arco argumental de los Skywalker, la intención no era otra que la de viajar unos cuantos siglos atrás para indagar en el origen de los Jedi. Ahí entra otro de los puntos de fricción con los que se ha especulado: A Disney no le gustaba la cosa. Los ejecutivos de Lucasfilm no estaban nada contentos con lo que veían y, conscientes de que la saga Star Wars se enfrenta al mayor reto de su historia con la apuesta por argumentos y personajes completamente nuevos, el riesgo empezó a parecer demasiado elevado. Una pena.