Cuando la jugada sale mal conviene darse cuenta lo antes posible. Precisamente eso le ha ocurrido a la NBC con The InBetween, la ficción llamada a petarlo y que se ha llevado palos por todos los flancos.
Cassie Bishop nació con un don, aunque para ella es más una maldición. Cassie puede ver y comunicarse con los muertos, ayudándoles con los problemas pendientes que dejaron antes de morir. Cuando su viejo amigo, el detective Tom Hackett y su nuevo compañero, el ex agente del FBI Damien Asante, necesitan ayuda para resolver un oscuro y desconcertante asesinato, Cassie acepta usar sus habilidades. A pesar de sus reticencias, es posible que haya encontrado una manera de mantener sus demonios a raya, mientras resuelve algunos de los casos más difíciles de la ciudad.
Efectivamente, crítica y público le daban la espalda a lo bestia a The InBetween. La serie se perdía en su intento de mezclar drama y ciencia ficción, cayendo en el terreno de los lugares comunes y la previsibilidad más absoluta. Poco o nada funcionaba en una serie que la NBC ha decidido sacrificar lo antes posible, dejando en una temporada un proyecto que nacía con la firme intención de llegar muy lejos. Una lástima.