La cosa se les había empezado a ir de las manos. Cuando Disney se hizo con Lucasfilm, la compañía del ratón rápidamente se puso manos a la obra con el desarrollo de un buen puñado de películas. La intención no era otra que la de lanzar una por año, conscientes de haber dado con la gallina de los huevos de oro. Sin embargo, Han Solo: Una historia de Star Wars ponía de manifiesto la conveniencia de ir con pies de plomo para no quemarlo todo demasiado pronto.
Una trilogía diseñada por los responsables de Juego de Tronos, otra de Rian Johnson y varios spin-offs. Hasta no hace mucho, esos eran los planes de la compañía del ratón. Sin embargo, ahora todo ha cambiado de forma importante.
“Creo que hemos hecho y lanzado demasiadas películas en un periodo de tiempo muy corto. De ninguna forma fueron decepcionantes, pero eran muchas”. Con estas palabras, Bob Iger, CEO de Disney, dejaba claro que habrá mucho más Star Wars, pero que llega el momento de tomarse un descanso. Cancelado el proyecto de las cintas de D.B. Weiss y David Benioff, ahora es el momento de disfrutar del cierre del arco argumental de los Skywalker con la esperada Star Wars: El ascenso de Skywalker. Luego, tras unos años, los sables láser volverán a iluminar las pantallas de cine de todo el planeta. Eso sí, no sabemos cuándo exactamente.