Después de buscar fortuna durante cinco años, Westley (Cary Elwes) retorna a su tierra para casarse con su amada, la bella Buttercup (Robin Wright), a la que había jurado amor eterno. Sin embargo, para recuperarla habrá de enfrentarse a Vizzini (Wallace Shawn) y sus esbirros. Una vez derrotados éstos, tendrá que superar el peor de los obstáculos: el príncipe Humperdinck (Chris Sarandon) pretende desposar a la desdichada Buttercup, pese a que ella no lo ama, ya que sigue enamorada de Westley.
El cine de los 80 está plagado de grandes películas y grandes momentos, pero pocos comparables a nuestro queridísimo Iñigo Montoya (Mandy Patinkin) en busca de su merecida venganza y cara a cara con el hombre que mató a su padre. Secuencia inolvidable de La princesa prometida.