La idílica convivencia de los estudiantes de un colegio de élite está a punto de ser destruida. La isla en la que están internos queda completamente devastada tras un terrible tsunami. No hay forma de contactar con nadie. Los supervivientes están aislados y en medio de un lugar en el que pronto empiezan a producirse fenómenos de lo más misteriosos. Sobrevivir ya no es es único problema. La isla de Pintu alberga horrores a los que tendrán que enfrentarse.
Con esa premisa se presenta The Stranded, una de las apuestas más interesantes de Netflix. La división de Tailandia de la compañía firma su primera producción propia, una serie realmente ambiciosa que llega estos días a nuestras vidas y que luce así de potente en su adelanto. Atentos, porque la cosa huele a Lost.