Lo de esta chica era inexplicable. Convertida en una de las actrices más queridas del planeta gracias a su papel de Daenerys en Juego de Tronos, la encantadora Emilia Clarke llevaba unos añitos de lo más complicados en la gran pantalla. Pese a su participación en sagas de éxito como Terminator o Star Wars, lo cierto es que cada una de sus irrupciones en cines se saldaba con un sonoro fracaso. Algo que acaba de cambiar de forma radical.
Es curioso, pero lo ha petado con la que seguramente sea su peor película. Y es que Last Christmas, una comedia romántica con el sello de Kevin Feige, le ha dado una buena alegría a una Emilia Clarke que parecía veneno para la taquilla. La friolera de 100 millones de dólares alrededor de todo el planeta ha recaudado ya un filme cuyo presupuesto no llegaba a los 25. Todo un espaldarazo para la carrera de la intérprete.
¿De qué va Last Christmas? Kate (Emilia Clarke) es una mujer joven que suele tomar siempre la decisión menos acertada. ¿Su último error? Haber aceptado un trabajo como elfo de Santa Claus en un centro comercial. Sin embargo, el destino la lleva a conocer a Tom (Henry Golding), circunstancia que cambia por completo su vida. Para Kate, todo es demasiado bueno para ser cierto.