Todavía nos nuestra creer que nadie se diese cuenta. A la hora de elaborar el reparto de una película, productores, directores y responsables de casting suelen llevar a cabo un concienzudo trabajo para dar con el actor más adecuado para cada papel. Eso no impide que, en algunos casos la cosa pinte mal al empezar a rodar. Como hemos visto varias veces en nuestra sección de “actores despedidos de sus propias películas”, muchos directores optan por rectificar a tiempo. Pero a veces tal rectificación no llega nunca, lo que vivimos de forma dramática en Gangs of New York.
Como es habitual en su larga trayectoria tras las cámaras, Martin Scorsese apostaba por un reparto imponente su “Biblia” del cine de gangsters. El problema es que al bueno de Marty se le ocurría meter a Cameron Díaz entre Daniel Day-Lewis, Leonardo DiCaprio, Brendan Gleeson o Jim Broadbent. El resultado sería una protagonista femenina diez tonos por debajo de sus compañeros de reparto.
Efectivamente, la cosa cantaba mucho. A Cameron Díaz, solvente en otras muchas ocasiones en todo tipo de género, se le veían demasiado las costuras. Demasiado talento arrollador para una actriz que prometía más tras la inmensa Cómo ser John Malkovich.
Vaya post más absurdo. Clickbait en estado puro.