Tenía que ser la entrega más taquillera de la saga. Cuando Disney empezó a trazar su plan maestro con el regreso de Star Wars, la intención no era otra que la de lograr reconectar a los fans con la saga, crear una nueva trilogía inolvidable y hacer montañas de dinero. Lo último se ha cumplido, pero los otros dos elementos se han conseguido a medias.
Efectivamente, entre taquila y merchandising, lo que Disney está ingresando con Star Wars no es de este mundo. Para colmo, El despertar de la Fuerza y Los últimos Jedi nos devolvían la fe en la saga, además de lograr recaudaciones fuera de lo normal. Star Wars: El ascenso de Skywalker debía ser ya la guinda. Incluso se valoraba la posibilidad de que fuese la entrega más taquillera de la saga, sobre todo si tenemos en cuenta el potencial interés propio de una película que venía a cerrar tantas cosas. Algo que no sucederá ni de lejos.
Los 2.068 millones de dólares logrados por Star Wars: El despertar de la Fuerza no se alcanzarán ni de lejos, pero tampoco los 1.332 de Star Wars: Los últimos Jedi. La realidad es que El acenso de Skywalker es una película demasiado atropellada, lo que ha provocado que crítica y público hayan quedado decepcionados. Además, como quedaba claro con el spin-off de Han Solo, el empalago intergaláctico empieza a ser un poco excesivo incluso para los más incondicionales.
Así las cosas, pese a que el éxito de taquilla de El ascenso de Skywalker es innegable, lo cierto es que los síntomas de agotamiento son cada vez mayores en Star Wars. En Disney deberían empezar a replantearse ciertas cosas.