Denny Colt (Gabriel Macht) es un detective enmascarado, un héroe sin superpoderes que protege del crimen a los habitantes de Central City. Colt persigue sin tregua al villano Octopus (Samuel L. Jackson), que asesina sin piedad a cualquiera que le vea la cara. ¿Un exitazo legendario? Eso es lo que todos esperábamos, pero el resultado fue el desastre máximo.
El genial historietista Frank Miller saltaba a la dirección de cine adaptando la afamada novela gráfica de Will Eisner, The Spirit. El caldo de cultivo ideal para crear una auténtica maravilla acabó, por el contrario convirtiéndose en un relato plano y carente de cualquier tipo de pulso narrativo. Después de ver el sensacional resultado de Sin City, el bueno de Miller trataba de repetir la fórmula, pero toda la novedad y pegada del formato se habían perdido. Así, ni la puesta en escena salvaba una historia atropellada y construida de forma realmente pobre.
¿Y de la pasta? Pues mejor ni hablar. Como era de esperar, el público le daba la espalda a una película cuyo coste ascendía a 50 millones de dólares (sin contar distribución ni publicidad), pero que se conformaba con unos tristes 39 millones logrados en los cines de todo el planeta.
Ha llovido ya un cuanto desde aquel 2008 en el que The Spirit se la pegaba. Desde entonces seguimos esperando que el enorme cómic de Will Eisner encuentre una nueva oportunidad en la gran pantalla. Esperemos que tan brillante obra sea objeto de un nuevo intento, pero en otras manos.