El apuesto John Steed (Ralph Fiennes) y la sofisticada y astuta Emma Peel (Uma Thurman) son dos agentes secretos que despliegan estilo y elegancia en su lucha contra el crimen. Sir August de Wynter (Sean Connery), un antiguo miembro del Ministerio del Interior, es un hombre muy rico e inteligente que planea controlar el mundo por medio de una modernísima máquina del tiempo que representa una grave amenaza para la humanidad, que se verá expuesta a imprevisibles y violentas tormentas de hielo o a temperaturas abrasadoras. Pero nuestros héroes no pierden la calma ni siquiera en situaciones tan aparentemente irresolubles.
Hubo un tiempo en que que hablar de Vengadores no significaba pensar al instante en Iron Man, Capitán América y compañía. Así, con un auténtico repartazo, se plantaba en nuestras vidas Los Vengadores, la adaptación cinematográfica de la famosa serie británica de los 60. Era el año 1998 y lo que no imaginábamos era el desastre que estaba a punto de producirse.
Con un reparto de lujo (Ralph Fiennes, Uma Thurman o Sean Connery), una perfecta factura y tomando como punto de partida excelente, todavía no se puede comprender qué salió mal para que el desastre fuese de tales proporciones. Un guión ridículo, unido a una puesta en escena lamentable se postulan como los principales motivos para tan soporífero resultado. Aburrida, absurda y carente de todo encanto, Los Vengadores se convertía en un fracaso en toda regla y en uno de los peores filmes de la década de los 90.
Era una película soporífera a rabiar con una trama inconexa.. lástima, pudieron haber hecho una muy buena película con los actores que tenían