Pronto empezamos. Al arrancar cada año, todo cinéfilo se hace una suerte de calendario mental con los estrenos más importantes que se vienen. Un camino plagado de curvas y en el que algunos están a la altura, otros emergen por sorpresa y otros se hunden.
Precisamente al último grupo pertenece La Maldición. La nueva versión de la enorme cinta de terror de Takashi Shimizu era la primera gran cita de un año plagado de grandes estrenos del género. Sin embargo, el desastre ha sido de proporciones épicas con una versión que poco o nada aporta a nuestras vidas y que nos arrebata una hora y media de nuestras vidas para nada.
Una casa encantada por un espíritu vengativo maldice a todos aquellos que entran en el lugar, llevándolos a tener una muerte violenta. La historia ya la conocíamos y la habíamos visto varias veces en versiones mejores. De hecho todo acercamiento a La Maldición había sido mejor que lo ofrecido por Nicolas Pesce. sustos baratos como clave de una fórmula que no funciona en ningún momento. Acercarse a un gran clásico para esto carece de cualquier tipo de sentido.
Así las cosas, La Maldición se gana el discutible honor de convertirse en la primera chufa cinematográfica del recién estrenado 2020.