Están que no paran. En Disney han dado con un auténtico filón en el lugar menos esperado. Efectivamente, la compañía del ratón se está dando un baño de millones a base de coger sus grandes clásicos y llevarlos a los cines en imagen real. Negocio redondo que pronto alcanzará al mismísimo Bambi.
Con los primeros rayos del sol iluminando la pradera, un nuevo príncipe ha nacido en el bosque. Tan pronto como Bambi aprende a dar sus primeros pasos, comienza a jugar con sus nuevos amigos, Tambor, el conejo juguetón, y Flor, la tímida y adorable mofeta. Pero la diversión de patinar sobre el lago helado, de mordisquear las florecillas y de juguetear entre los árboles del bosque será sólo el principio de un largo aprendizaje. Guiado por su sabio amigo el Búho, Bambi aprenderá lecciones sobre el valor del amor, la pérdida de los seres queridos, la madurez; en definitiva, aprenderá a seguir el camino de la vida.
Así se presentaba, allá por 1942, la inolvidable Bambi. Uno de los más antiguos e ilustres éxitos de Disney aterrizará en las salas dentro de un par de años y siguiendo la misma dinámica que El Rey León. Huele a nuevo exitazo para la compañía.