Pocas cintas tan disfrutables ha dado el cine. Efectivamente, 1917 es una de esas películas que calan hasta los huesos. Una experiencia realmente inmersiva en lo que supone la guerra. Y es que, más allá de la trepidante historia, la narración en forma de falso plano secuencia nos deja completamente noqueados.
Efectivamente, en 1917 nos encontramos unos cuantos planos secuencia de hasta 10 minutos, lo que supone todo un espectáculo, pero que puede llegar a ser un martirio a la hora de la filmación. Y es que cualquier pequeño fallo provoca que se tenga que empezar desde cero con una toma que ya no es válida. Un paso más rápido, un gesto desafortunado, una línea de diálogo que el actor olvida… Eso sin contar los posibles fallos de cámara, foquista… Mucha presión en cualquiera de los casos.
¿Y quién fue el que más veces se cargó una toma? Pues, a pesar de que los que llevan el peso de la historia son George MacKay y Dean-Charles Chapman, lo cierto es que el propio Sam Mendes confesaba que Andrew Scott (Fleabag) había sido el que más la había liado. Al parecer, el actor había tenido serios problemas a la hora de encenderse el cigarrillo y con su mechero, ya el pobre nunca había fumado.
“Trabajas con el equipo de cámara y con lo extras con el gran riesgo de que seas tú quien la fastidia porque solo apareces cinco minutos en pantalla”, confesaba un apesadumbrado Andrew Scott. Gajes del oficio.
Cosas del oficio