La tercera saga intergaláctica llegaba a su fin. El pasado mes de diciembre, los fans de Star Wars nos encontrábamos con una despedida bastante pobre, que se saldaba con un auténtico desastre de crítica y la taquilla más pobre de todas las cintas de la nueva era. Muchos detalles resultaban difíciles de encajar y uno de ellos era el retorno del Emperador Palpatine como el gran villano detrás de todo.
Había muerto en El retorno del Jedi. Todos lo vimos caer después de que Vader recuperase al Anakin que llevaba dentro. Sin embargo, la novela de la película que Rae Carson presentaba días atrás y que saldrá a la venta en pocos días ha servido para dejar todo claro. Al parecer, consciente de que su maquiavélico plan imperial no podía caer si el terminaba muriendo, Palpatine habría pasado años trabajando en el desarrollo de un clon que pudiese continuar con todo. De ahí que todos los individuos que acompañan a Darth Sidious en su especie de templo/laboratorio no serían más que los clones fallidos.
Cierto es que la explicación no es la más satisfactoria del mundo, pero al menos cobra un poco más de sentido Star Wars: El ascenso de Skywalker.