Es, sin lugar a dudas, uno de los personajes más poderosos de la historia del cine. Allá por 1979, Alien: El octavo pasajero llegaba a nuestras vidas. Ridley Scott se sacaba de la manga una auténtica obra maestra que, con el paso de las décadas, no ha hecho más que ver como la leyenda se acrecentaba.
Buena parte de la culpa del éxito de Alien la tenía la Teniente Ripley. Pocos personajes femeninos más potentes se recuerdan. Sigourney Weaver se salía en el filme y en todas sus secuelas. ¿Extraño encontrarse un personaje así en los 70? Mucho. Tanto, que la realidad es que, en un principio, la idea es que fuese El Teniente Ripley. Efectivamente, se configuraba un personaje masculino que, a medida que se desarrollaba el proyecto, mutaba en mujer.
¿Y quién era el elegido? Pues el mismísimo Paul Newman. El legendario actor tenía que ser Ripley, pero ni Ridley Scott ni el propio intérprete le veían demasiado claro, de modo que la cosa se frustro. Fue entonces cuando los responsables del filme decidieron cambiar de género al personaje y apostar por Sigourney Weaver en lo que terminaría revelándose como uno de los giros más acertados de la historia del cine.