Fue una campaña inaceptable. En los tiempos del #MeToo, cuando tantas cabezas de impresentables había que cortar, el nombre de Woody Allen entraba en escena de forma discutible. Y es que las antiguas acusaciones de abuso sexual de Dylan Farrow despertaban una oleada de críticas contra el director.
La realidad es que los hechos de los que la hija de Mia Farrow acusaba a Woody Allen fueron juzgados con todas las garantías hace más de 25 años y el cineasta fue declarado inocente. Además, el hermano de Dylan Farrow siempre ha mantenido que estas fueron falsas y una invención motivada por el traumático divorcio entre Allen y su madre. Cuestión juzgada y con resolución en firme.
Así las cosas, en plena tormenta, muchos actores como Thimotée Chalamet salían a la palestra para arremeter contra Woody Allen. El protagonista de Día de lluvia en Nueva York afirmaba arrepentirse de haber trabajado con el veterano director. Sin embargo, en su biografía Allen no ha dudado en señalar que el propio actor le juró a su hermana que solo era una decisión tomada junto a su agente para que sus opciones de Oscar por Call me by your name permaneciesen intactas.
A pesar de todo, Woody Allen no dudaba tampoco en afirmar sentirse orgulloso de haber trabajado con actores tan talentosos como los de Día de lluvia en Nueva York.