George Lucas nunca ha sido tipo de dejar las cosas al azar. El padre de Star Wars dedicó unas cuantas décadas de su vida a crear un universo incomparable que, más de cuarenta años después de su aterrizaje, sigue multiplicando sus fans día a día. Eso sí, todo comenzó en 1977 con Una nueva esperanza, nuestro primer paseo intergaláctico en compañía de Luke, Vader y el resto de ilustres personajes.
Antes de que la primera cinta de Star Wars viese la luz, Marvel publicaba dos cómics en los que se empezaba a allanar el camino. Probablemente, uno de los pocos momentos en los que a George Lucas se le escapó un detalle. Y es que, lejos del emblemático color verde que todos conocemos, el sable láser de Luke Skywalker era rosa.
Efectivamente, la comunicación entre el proyecto del cómic y la película sufrió un traspiés en este punto. Las viñetas quisieron mostrar con ese rosa que el sable brillaba, pero lo que consiguieron fue dar un buen patinazo.