Nunca le estaremos lo suficientemente agradecidos a John Wick. El sensacional asesino a sueldo no solo ha conseguido regalarnos una de las mejores sagas de la historia del cine de acción, sino que incluso era capaz de recuperar la carrera de uno de nuestros actores favoritos: Keanu Reeves. Y es que los años después de Matrix fueron realmente malos. Una racha nefasta que culminaría con la cinta que parecía enterrar su carrera definitivamente.
Allá por el año 2013, en Universal apostaban por Keanu Reeves para arrasar las taquillas, pero lo único que arrasaba era sus ahorros. Y es que lo de La leyenda del samurái (47 Ronin) se convertía en un drama. Siglo XVIII. Kai (Keanu Reeves) es un paria que se une a Oishi (Hiroyuki Sanada), el jefe de los 47 Ronin. Su objetivo es vengarse del traidor que mató a su señor y los condenó al destierro. Para recuperar el honor perdido, los guerreros emprenden una aventura que les obligará a superar duras pruebas. Una historia que no estaba nada mal, pero…
Los 225 millones de dólares invertidos y los 70 en publicidad y gastos por la demora de su estreno solo se tradujeron en 150 millones recaudados. Las pérdidas ascendieron a la friolera de 145 millones. Un batacazo lo suficientemente grande como para enterrar la carrera de cualquiera. Por suerte apareció en escena un tal John Wick que no tenía grandes aspiraciones. El resto es historia.