Es una obra maestra. Parece mentira lo desapercibida que pasó la película de Alfonso Cuarón el “año de los mejicanos” (el primero de muchos, claro). Mientras Gonzalez Iñárritu y Guillermo del Toro coleccionaban premios y palmadas en la espalda por Babel y El laberinto del fauno, el brillante Cuarón pasaba desapercibido con una película impecable en su esencia y asombrosa en apariencia: Hijos de los hombres .
Año 2027: el ser humano está al borde de la extinción: los hombres han perdido la capacidad de procrear y se ignora por qué razon todas las mujeres del planeta se han vuelto estériles. Al mismo tiempo, el mundo se estremece cuando muere un muchacho de 18 años, la persona más joven de la Tierra. Se vive, pues, una situación de caos galopante. En tales circunstancias, Theo (Clive Owen), un desilusionado ex-activista radical de Londres convertido en burócrata, es contratado por Julian (Julianne Moore) para que proteja a una mujer que puede tener el secreto de la salvación de la humanidad, la persona más valiosa de la Tierra…
Hijos de los hombres nos entrega, además de una trascendente reflexión sobre la naturaleza del hombre, una de las realizaciones más atrevidas y potentes que se recuerdan. Planos secuencia para la historia y un nuevo alarde de clase del que probablemente sea el mejor director de fotografía de la actualidad, Emmanuel Lubezki, se unen a la historia basada en la novela de P.D. James para configurar esta auténtica joya del séptimo arte. Disponible en Amazon Prime Video.