Es de esas intérpretes que siempre están excelsas, pero de las que los premios suelen olvidarse. Si miramos atrás, en las últimas décadas nos encontraremos muy pocas actrices comparables a Glenn Close. La descomunal protagonista de Atracción Fatal o Las amistades peligrosas ha sido candidata al Oscar hasta en 8 ocasiones en los últimos 35 años, pero la estatuilla siempre le es esquiva.
Una gran dama de la interpretación. Hablar de Glenn Close no es referirse a un talento normal y corriente. Lo suyo va más allá. Sin lugar a dudas, es una de las mejores actrices de la historia del cine. No es descabellado compararla con Meryl Streep. Su mera presencia siempre ha dotado de dignidad cualquier papel que cayese en sus manos. Cuando en una película aparece Glenn Close, todo es muchísimo mejor.
A sus 74 años, su carrera ha vuelto a despuntar. Albert Nobbs (2011) nos devolvía a una mujer que lucía músculo de nuevo en Guardianes de la Galaxia o La buena Esposa. Antes de esos días, la industria había olvidado la inmensidad de esta mujer. De hecho, la sensación es la de que sigue trabajando muchísimo menos de lo que debería.
Un día Glenn Close no estará. La vida es finita, incluso cuando eres una estrella de su calibre. Sería realmente triste que, llegado ese momento, nos tirásemos de los pelos por no haberla aprovechado mejor. Glenn Close es patrimonio incomparable del cine y cada día que no esté rodando debería considerarse delito.