Hay determinadas películas que no entran bien en su momento. Mejor dicho, cintas a las que la crítica desprecia y que el público, a pesar de disfrutarlas a lo grande, tampoco coloca en su lugar debido. Precisamente hoy nos acercamos a uno de los casos más claros con Timeline.
En el corazón del hermoso e histórico valle del Dordoña (Francia), un equipo de estudiantes de arqueología y su profesor buscan las ruinas de un castillo del siglo XIV. Para el profesor Edward Johnston (Billy Connolly), el proyecto representa la culminación de sus sueños. Con la ayuda del profesor adjunto André Marek (Gerard Butler), de su hijo Chris (Paul Walker) y de tres alumnos, Johnston ha hecho grandes progresos en la excavación del castillo de La Roque, de un monasterio y de otros monumentos. Johnston, que sospecha del mecenas de la excavación (David Thewlis), va a hacer averiguaciones a Nuevo México. Mientras está fuera, los estudiantes hallan una cámara que lleva sellada más de 600 años. Después de entrar, y justo antes de que se hunda el techo, descubren dos sorprendentes objetos: una lente bifocal y una nota suplicando ayuda fechada en 1357 y firmada por… el Profesor Johnston.
Allá por el año 2003, nuestro adorado Richard Donner (Superman, Los Goonies, Arma Letal) se ponía al frente de una película que prometía. El material de partida invitaba al optimismo, con la sensacional novela de viajes en el tiempo y aventuras de Michael Crichton. Desgraciadamente, Timeline no conseguía el éxito merecido. Y es que, pese a sus múltiples imperfecciones, la cinta resultaba trepidante y de lo más entretenida. La apuesta por actores del calibre de Paul Walker, Gerard Butler, Frances O´Connor, Billy Connolly o David Thewlis funcionaba hasta el punto de que Timeline sigue siendo una de esas cintas que nos atrapan en cada pase televisivo, pero no ha quedado espacio para ella en el recuerdo.
Desde Alucine hemos decidido reivindicar hoy una de esas películas que hacen del cine un lugar mejor, sin necesidad de cambiar el mundo. Timeline mola y alguien tenía que decirlo.