Un poquito de respeto. Parece que si Michael Bay está detrás de un proyecto, automáticamente todos le restamos varios puntos de seriedad a la película. Pues ya es hora de decir que, a pesar de los excesos marca de la casa, Bay es un director genial. Dos policías rebeldes, La roca, Armageddon o 13 horas son buenos ejemplos de ello, pero sin lugar a dudas la más redonda de sus obras es esa joya de la ciencia-ficción llamada La Isla.
Año 2019. Lincoln Seis-Echo y Jordan Dos-Delta se encuentran entre los cientos de residentes de una especie de campo de concentración. Dentro de ese lugar cuidadosamente vigilado, su vida cotidiana, como la de los demás, está rigurosamente controlada y llena de restricciones. La única salida -y la esperanza que todos comparten- consiste en ser elegidos para ir a “La isla”, el único lugar del mundo que no ha sufrido los efectos contaminantes de un desastre ecológico que, al parecer, acabó con todos los hombres, excepto los habitantes de esa zona. Lincoln, que vive atormentado por pesadillas inexplicables, se siente cada vez más inquieto, y su creciente curiosidad lo llevará a descubrir un terrible secreto.
Hay un buen guión de base y Michael Bay consigue darle el nervio adecuado a una historia que siempre se ha considerado como menor. Las críticas se cebaban con un director que, según muchos, estropeaba el sensacional material que tenía entre manos. Sin embargo, a día de hoy nos sigue pareciendo que precisamente es la agilidad de Bay lo que hace de La Isla un filme especial. Ewan McGregor, Scarlett Johansson y Steve Buscemi se encargan del resto en una cinta disponible en HBO Max.