“Si muero de sobredosis salvaré diez vidas”. Estás palabras salían de la boca de Philip Seymour Hoffman en una conversación privada con el brillante guionista Aaron Sorkin (Oscar por “La Red Social”). Ambos estaban en terapia por su adicción a las drogas y ambos eran padres de niños pequeños. Lo que el actor quería decir era simplemente que muertes como las suyas causarían alarma social. La gente hablaría de las drogas y de su peligro. Seguramente alguien dejaría de consumir al verse reflejado en el hombre que acababa de morir y que no dejaría de salir en la prensa.
No le faltaba razón a Hoffman, pero resulta francamente triste el precio pagado. Esta semana tocaba la dolorosa fase de la despedida. Familiares (incluidos tres hijos de 5, 7 y 10 años), admiradores y amigos asistían al funeral por el actor con la sensación de irrealidad que todavía nos asalta a todos. Cate Blanchett, Ben Stiller, Ethan Hawke, Amy Adams, Joaquin Phoenix, Michelle Williams o Paul Thomas Anderson eran solo algunos de los nombres de quienes tuvieron el lujo de trabajar con él y que no quisieron faltar al último adiós del intérprete.
El gran Philip Seymour Hoffman nos dejó demasiado pronto, pero el talento nunca muere. Su talento es nuestro y está en esas decenas de papeles y películas que ni la heroína ni ninguna otra cosa podrá arrebatarnos. Que este video y recopilación de tus películas sirva como nuestro sentido homenaje. Echaremos de menos lo que eras y todo lo que habrías sido. Buen viaje, amigo Philip.
Tenía talento, pero en la vida demostró ser un completo idiota. Ya no sólo por tirar así su vida. Si no por no pensar en su familia. La imagen de esos tres niños destrozados en el funeral pone los pelos de punta. Lo tenía todo, lo tiró por el retrete y destrozó la vida de sus más cercanos. Hoy le admiro muchísimo menos señor Hoffman.
Tenía talento, pero en la vida demostró ser un completo idiota. Ya no sólo por tirar así su vida. Si no por no pensar en su familia. La imagen de esos tres niños destrozados en el funeral pone los pelos de punta. Lo tenía todo, lo tiró por el retrete y destrozó la vida de sus más cercanos. Hoy le admiro muchísimo menos señor Hoffman.