Iba camino de ser una superproducción para reventar todas las salas de cine. Todo estaba dispuesto para, allá por el año 2005, dar la bienvenida a una cinta que iba a arrasar taquillas. Nadie podía imaginar que, lejos de todo eso, se venía una de esas leches que hacen historia con Sahara.
Nuestra Penélope Cruz se embarcaba en esta cinta de aventuras con Matthew McConaughey, y lo cierto es que la cosa no tenía mala pinta. Todo apuntaba a exitazo de taquilla. Cuando sus productores decidieron invertir 160 millones en rodaje y 80 en promoción, poco podían imaginar que al público iba a parecerle tan absurda y aburrida. Los 119,3 millones recaudados son buena muestra. 120 millones de pérdida.
El gran explorador y aventurero Dirk Pitt (McConaughey), que trabaja para una agencia del gobierno que protege los fondos marinos, emprende la gran aventura de su vida recorriendo las regiones más peligrosas del oeste de África en busca de un tesoro llamado “El barco de la muerte”. Cuando él y su ayudante (Steve Zahn) se dan cuenta de que el barco puede estar relacionado con unas misteriosas muertes, tendrán que usar toda su inteligencia y habilidades para ayudar a la Doctora Eva Rojas (Penélope Cruz), también involucrada en el caso. Ella está investigando la expansión de un virus que puede afectar no sólo al continente africano, sino a todo el mundo.
Unos cuantos años le costó al bueno de Matthew McConaughey sacudirse de encima el patinazo de Sahara. Por suerte, el desastre de cinta no fue suficiente para hundirlo por completo.