Otra ilustre baja para este 2020 televisivo. A pesar de que tenía todos los argumentos para convertirse en una de las producciones televisivas más exitosas del año, a Un mundo feliz no le ha ido nada bien. A pesar de no resultar un desastre, la serie de Peacock (plataforma de NBC Universal) quedaba lejos de lo esperado por todos. Una decepción en toda regla. Si a eso le añadimos el hecho de que en la plataforma no son demasiado pacientes con su contenido original, el drama estaba servido.
La mítica novela de Aldous Huxley volvía a escena con una sociedad basada en el placer sin implicaciones morales, el amor olvidado en favor del sexo casual, el control de la población con drogas legales… y la manipulación genética, por la que los seres humanos son creados y clonados en laboratorios, recibiendo las necesidades genéticas de la clase social a la que vayan a pertencer.
Bernard Marx es un Macho Alfa con una extraña inclinación hacia el libre albedrío, enamorado de una ciudadana ejemplar llamada Lenina Disney. Durante la visita de ambos a una reserva de “salvajes” conocen a un joven llamado John, al que deciden llevar a la civilización… sin saber que la identidad de John podría provocar un gran escándalo y sacudir la civilización de arriba a abajo.
Así las cosas, Brave New World se va directa al cementerio de elefantes y series ultra ambiciosas que nadie recordará. Una pena.