Nueva York, 1968. Frank Lucas es el taciturno chófer de un importante mafioso negro de Harlem. Cuando su jefe muere inesperadamente, Frank aprovecha la oportunidad para construir su propio imperio. Gracias a su talento, se convierte no sólo en el principal narcotraficante de la ciudad, inundando las calles con productos de mejor calidad y precio, sino también en un hombre público muy respetado. Richie Roberts, un policía incorruptible marginado por su honradez que conoce bien las calles, se da cuenta de que una persona ajena a los clanes trepa por la escalera del poder. Tanto Roberts como Lucas comparten un estricto código ético que les aparta de los demás y los convierte en dos figuras solitarias en lados opuestos de la ley. Cuando se encuentren, el enfrentamiento entre ellos será inevitable.
Con este argumento, Ridley Scott nos reglaba, allá por 2007, la gloriosa American Gangster. La película lograba el aplauso de la crítica y el amor de un público que no olvida el sensacional trabajo. Una cinta excelsa en la que Denzel Washington y Russell Crowe demostraban por enésima vez su infinito talento.
Hoy toca noche de mafias. American gangster es una puñetera maravilla. Netflix está aquí para recordárnoslo.
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