Puede que no luciese tal y como todos esperábamos, pero no se puede negar que era realmente disfrutable. En el año 2013, Warner y daba el pistoletazo de salida al universo cinematográfico DC con una película de lo mas ambiciosa. Henry Cavill se enfundaba el traje de Superman en El Hombre de Acero. No igualaba a Christopher Reeve, pero se quedaba cerca de nuestro Clark Kent mas idolatrado.
Desde Krypton, un lejano planeta muy avanzado tecnológicamente, un bebé es enviado en una cápsula a través del espacio a la Tierra para que viva entre los humanos. Educado en una granja en Kansas en los valores de sus padres adoptivos, Martha (Diane Lane) y Jonathan Kent (Kevin Costner), el joven Clark Kent (Henry Cavill) comienza desde niño a desarrollar poderes sobrehumanos, y al llegar a la edad adulta llega a la conclusión de que esos poderes le exigen grandes responsabilidades, para proteger no sólo a los que quiere, sino también para representar una esperanza para el mundo.
Irregular y no siempre tan efectiva como podría caber, pero innegablemente entretenida. Zack Snyder conseguía momentos realmente brillantes en El Hombre de Acero, una película a la que juzgamos mejor con el paso de los años. Disponible en HBO Max.
Es un peliculón como la copa de un pino. Puro respeto por el personaje a la vez que evolución. La revisas cada x años, cosa que no pasa con muchas películas del género.