Las cosas no pintaban bien para él, pero una puerta se abría meses atrás. Después de un buen puñado de películas de Piratas del Caribe, el desgaste creativo de la saga empezaba a resultar preocupante. Para colmo, la taquilla del último filme ponía de manifiesto que el público también estaba cansado. Así, en Disney decidían continuar en el universo pirata, pero dándole a todo un lavado de cara radical.
De primeras, toda la pinta de que no quedaba espacio para Johnny Depp. Uno de los detalles principales que se filtraba del nuevo proyecto era la idea de prescindir de Jack Sparrow. A nadie le es ajeno el hecho de que Depp ya no tiene el tirón que tenía y que su imagen pública ha sufrido un serio deterioro. Esas cosas no gustan nada en Disney, por lo que la presencia del actor en el reboot de Piratas del Caribe quedaba completamente descartada… o eso parecía.
La realidad es que Disney empezaba a valorar seriamente la opción de recuperar al actor para la causa, pero la sentencia de la causa por difamación que el actor abría contra The Sun por llamarle “maltratador” ha sido el último clavo en su ataúd. El juez consideraba que la información se ajustaba a la realidad, colocando a Johnny Depp en una situación realmente compleja. Su idilio con Disney parece haber muerto definitivamente.