Ojo, porque la cosa va en serio. Jack Traven es un intrépido policía de Los Ángeles. Sobrevivir en esta ciudad no es nada fácil para un agente de la ley, pero Jack, además de disfrutar de una proverbial buena suerte, conoce perfectamente los trucos para sortear el peligro. Tendrá, sin embargo, que afrontar una dura prueba cuando queda atrapado en un autobús urbano que lleva instalada una bomba programada para explotar si el vehículo disminuye su velocidad a menos de 80 kilómetros por hora. Empieza así una loca carrera por la ciudad, con Jack intentando dar confianza a la joven pasajera que ha sustituido al conductor, herido por los secuestradores.
Con ese argumento, Speed se convertía en una de las grandes cintas de acción de esa década prodigiosa para el género que fue la de los 90. Keanu Reeves y Sandra Bullock nos hacían sudar como nunca en un filme que, tal y como parece, estaría muy cerca de arrancar con su secuela.
“Funcionó muy bien y, pese a que no soy muy fan de las secuelas, Speed 3 sería una gran idea”. Con estas palabras, el director Jan de Bont abría la puerta a una tercera entrega que nunca había pasado del terreno de los rumores. Sin embargo, ahora la cosa podría ser bien distinta. Nosotros no vamos a negar que nos encantaría la idea.