Puedes dejarte todo el dinero del mundo, pero el éxito o la calidad vienen dadas por otras muchas razones. Nuestro queridísimo Ben Affleck no siempre moló tanto como ahora. Especialmente oscura fue aquella época en la que hizo cosas como cargarse a esa leyenda de Marvel llamada Daredevil con una cinta ridícula y que todavía le sigue persiguiendo a día de hoy.
El abogado Matt Murdock es ciego a causa de un residuo radioactivo, pero sus otros cuatro sentidos están especialmente agudizados. De día, Murdock representa a los oprimidos. Por la noche, es Daredevil, un héroe enmascarado que vigila las oscuras calles de la ciudad y lucha contra toda clase de injusticias.
Es curioso como una película que está a punto de cumplir 20 años (es de 2003) todavía pueda seguir persiguiendo a un tipo que no ha dado más que argumentos para que crítica y público le respeten. De hecho, puede que sea la razón por la que es tan fácil odiar al bueno de Ben Affleck. Ni un genial Batman y un Oscar a su película Argo han servido para borrar el recuerdo de Daredevil.