Vale que en los últimos años nos ha complicado bastante la elección, pero lo cierto es que no resulta tan fácil encontrar una mala película en la carrera de Will Smith. Adorado por el público, el intérprete no hace más que derrochar carisma cada vez que se coloca ante las cámaras. Lástima que no siempre la cosa haya salido a su gusto.
Puede que muchos estéis pensando en After Erath por lo reciente de la nefasta experiencia, pero conviene recordar que en la larga trayectoria de Will Smith hay una cinta todavía peor. Efectivamente, hablamos de Wild Wild West.
Jim West es un viejo héroe de la guerra de Secesión (1861-1865). Artemus Gordon es un imaginativo sheriff que lo supera en el arte del disfraz. Cuando los Estados Unidos se ven amenazados por Arliss Loveless, un lunático confederado, el presidente Ulysses Grant encarga a esta excéntrica pareja que se ocupe de él. En un movido viaje desde Washington a Utah, nuestros héroes deberán enfrentarse a los diabólicos artilugios de Loveless.
Rodeado de Kevin Kline, Salma Hayek y Kenneth Brannagh, parecía que era imposible que aquel western futurista saliese mal, pero lo hizo. Aquello no había por dónde cogerlo y todavía hoy seguimos pensando que alguién consumió algún tipo de estupefaciente peligroso antes de darle el visto bueno a Wild Wild West.