Que este tipo tienen un talento desmedido es algo que saben hasta los chinos de Rusia. Javier Bardem es un milagro de la interpretación. El actor español lleva décadas dotando de dignidad el oficio con sus trabajos, lo que se traducía incluso en un más que merecido Oscar por No es país para viejos. Sin embargo, uno nunca está libre de patinazos como el que acaba de ofrecernos.
Los caminos que no escogemos estaba llamada a darnos grandes alegrías. La película se presentaba a principios de año en el Festival de Berlín con una carta de presentación espectacular. Y es que estábamos ante un drama en toda regla y con argumento con pintaza. La película narra un caótico día en Nueva York en la vida de un padre, Leo (Javier Bardem), y su hija, Molly (Elle Fanning), que ha de lidiar con el inestable estado mental de él. Aroma a premios, pero desastre épico.
Más allá de las interpretaciones, poco o nada se salva en una película errática que queda lejos del nivel esperado en casi todas sus dimensiones. Nada funciona en una cinta que, para colmo, muestra una preocupante ambición para lo poco que tiene que ofrecer. Así, la decepción es mayúscula con una cinta que ya está disponible en Amazon Prime Video.