Son tantos los estrenos que nos suele ofrecer la plataforma de streaming que cada vez nos cuesta más encontrar un producto realmente poderoso. En Netflix siguen facturando series y películas como churros. Parece que los tiempos en los que la calidad primaba sobre la cantidad han quedado atrás, pero por suerte todavía quedan joyas como Lupin.
Estamos ante una miniserie de 5 episodios realmente sensacionales. En la misma nos encontramos una suerte de adaptación de la novela de Maurice Leblanc. Otra visita al clásico frances con una versión contemporánea en la que Omar Sy da vida a Assane Diop, un ladrón de guante blanco muy aficionado a las aventuras de Lupin, un personaje ficticio.
Casi todo lo que hacen en el audiovisual francés nos interesa. Nuestros vecinos son unos auténticos fenómenos y no dejan de demostrarlo cada vez que tienen la oportunidad. Con una puesta en escena trepidante, una narrativa plagada de sorpresas y con un ritmo endiablado, la serie pasa volando. Todo funciona a la perfección y, para colmo, Lupin se acaba justo cuando se tiene que que acabar. Nada de dilaciones innecesarias. Empieza fuerte el año televisivo.