Empezábamos a temernos lo peor, pero esta Lara Croft tiene cuerda para rato. Lejos de asumir la fortuna de su familia, la joven se dedica a estudiar en Londres y a sacarse unas libras trabajando como repartidora en bicicleta. Lo que pasa es que la desaparición de su padre nunca ha dejado de perturbarla, por lo que la joven decide comenzar a investigar lo ocurrido siete años atrás. Así viajará a Japón para iniciar un viaje de incierto final y plagado de peligros.
Así se presentaba Tomb Raider (2018) una cinta que convertía en 274 millones los 94 invertidos. Además, la película daba un interesante giro hacia el cine de aventuras, lo que resultaba vital de cara a dar luz verde a lo que apunta a ser una trilogía. Eso sí, los retrasos constantes y la ausencia de novedades empezaban a disparar la preocupación de los fans.
Alicia Vikander ha conseguido hacer olvidar a Angelina Jolie. La actriz es una Lara Croft de nivel, lo que ha provocado que el desarrollo de la segunda entrega de Tomb Raider ya haya dado comienzo. La directora Misha Green (Territorio Lovecraft) se ha plantado ya en el proyecto para rescatarlo después de que la silla de dirección quedase vacía. La cinta pretende conseguir que el moderado éxito de la anterior cinta se convierta en arrollador para esta nueva entrega que podríamos ver a finales de 2022. Seguro que no tardamos en tener plazos oficiales.