Nunca entenderemos la torpe maniobra de uno de los mejores directores de la historia del cine. Estamos hartos de escuchar que la tercera entrega de la trilogía de Francis Ford Coppola está muy lejos de las dos anteriores entregas. Hoy, desde Alucine os proponemos un experimento: cambiemos a Sofía Coppola por la inicialmente prevista Winona Ryder. Así es, amigos. Resulta que El Padrino III pasa a estar a la altura de sus predecesoras.
El cegado papá Coppola no tuvo la suficiente capacidad como para darse cuenta de que su hijita estaba arruinando la película. Ya es difícil aguantar el tipo ante Al Pacino o Diane Keaton si atesoras un talento interpretativo desmedido, pero si encima eres tan desastrosa como Sofía Coppola, la cosa salta demasiado a la vista.
A día de hoy, todavía se nos atragantan las flaquezas interpretativas de la, a la postre, sensacional directora. El Padrino III sufre cada vez que Sofia Coppola se deja caer por plano. Sin lugar a dudas, uno de los mayores errores de casting de la historia del cine.