Hasta el mejor escribano deja a veces un borrón. En la lista de proyectazos que se venían en los últimos tiempos, teníamos apuntado en rojo el de Capone (anteriormente conocido como Fonzo) como uno de los más potentes. Y es que, con Tom Hardy de por medio, el pepinazo estaba garantizado. La carrera del actor británico se ha desbocado en un corto periodo de tiempo, convirtiendo a Hardy en uno de los intérpretes más cotizados de la industria y un tipo adorado por el público.
La pandemia de coronavirus lo ponía todo patas arriba. Le habíamos perdido la pista al proyecto desde que se anunciase un estreno directamente en hogares en mayo de 2020 a través de Video on Demand. Una película que volvía a nuestras vidas como elefante en cacharrería.
No vamos a negar que Tom Hardy hace un buen trabajo como Capone en la nueva película de Josh Trank. El director de la sensacional Chronicle buscaba redención después del desastre perpetrado con Cuatro Fantásticos. Los últimos días del gángster más famoso de la historia eran el caldo de cultivo ideal, pero la película limitaba sus virtudes al trabajo del propio Hardy.
Pobre en su desarrollo, caótica en sus tramas y fallida en términos generales. La cinta da la constante sensación de desperdiciar los planos mas atractivos de la figura de Al Capone. Para colmo, ciertos artificios le dan un aire molesto a una película que se convierte en el mayor patinazo de la carrera del bueno de Hardy. La vida es una cuestión de expectativas y Capone había prometido demasiado.