Silencio y todos en pie. Aquí llega la que probablemente sea la peor película de la historia del cine español. Era el año 2010 cuando se plantaba en nuestras vidas una película que todavía nos vuela la cabeza. Y es que resulta completamente incomprensible que algunos de los mejores cómicos de nuestro país (Pablo Carbonell, los Chanantes…) se dejasen liar por el entonces exitoso Flipy para una película infame a niveles fuera de lo común: Campamento Flipy.
Flipy es un adolescente canijo, pelín zoquete y en plena edad del pavo. De la noche a la mañana, su cuerpo pasa de ser el de un chaval de doce años a convertirse en “todo un hombre”, al menos en apariencia. Su nuevo aspecto le animará a seguir a Violeta, su amor platónico, hasta el campamento de verano donde es monitora. Jeremías, su mejor amigo, y Lorenzo, un especial niño burbuja, serán sus mejores aliados para conquistar a Violeta y de paso plantar cara a Don Carcajón, el horrible director del campamento, que quiere camelarse a la monitora estrella.
Es intrigante pensar en el momento en el que un grupo de adultos se reunieron alrededor de una mesa y decidieron hacer una película titulada Campamento Flipy. Fácilmente podríamos estar ante el gran horror del cine patrio. Si no, tampoco queremos conocer a la obra que se lo disputaría. Ya no es que no tenga gracia. El problema es que da hasta vergüenza ajena.