“Weekend”, fin de semana, fiesta, cubatas, amigos, algún que otro roce, más cubatas, cosquillas en el cerebro, música fuerte, un guiño, otro cubata y a la mañana siguiente una locura que lamentar. Esto es así, ¿no? Bueno, quién lo sabe. En “Weekend” sucede algo así. No es la crónica de una fiesta, sino de lo que ocurre después.
Tráiler en español de “Weekend”
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=-y__4tRJ4z4[/youtube]
El tráiler que he encontrado está subtitulado. Me extraña que nadie lo haya subido a Youtube en castellano, pero quizás se han ahorrado el doblaje y la van a proyectar en versión original. La verdad es que no lo sé. De ser esto así, no va a llegar a todos los cines, aunque, ¿a quién le molesta? Llega con dos años de retraso a nuestras pantallas y eso significa que es sumamente fácil encontrarla por otros medios. Mala jugada.
En “Weekend” tenemos a Tom Cullen, que lo conocemos de “Black Mirror”, concretamente el tercer episodio de la primera temporada, ese del que un compañero comentó que se han comprado los derechos para hacer un largometraje con la idea central. Allí Tom Cullen tenía un papel curioso comparado con lo que le ha tocado en “Weekend”, no obstante, ya sea con mujeres u hombres, tiene cara de triunfar y el personaje de Chris New lo sabe bien en esta película. Dirige Andrew High a partir de su propio guión y las críticas pintan bien, al menos la dejan como una cinta pasable. También se puede englobar en cine europeo porque viene de Reino Unido.
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¡No me gustó pero es muy acertada para la comunidad! El próximo estreno de Looking 2 , una serie de HBO sobre tres amigos homosexuales (y sus citas y problemas cotidianos) que viven en San Francisco, me ha recordado la necesidad de ver esta película que en su momento se me escapó de las carteleras de cine. Weekend, escrita, dirigida y montada por Andrew Haigh, que también está tras la producción de la serie de HBO, hace de ambas propuestas un estilo similar, en cuanto a la fotografía y el acercamiento a los personajes, aunque también numerosas diferencias: la serie sitúa a los personajes en el meollo de la comunidad gay de San Francisco, en una ciudad turística y tolerante, con personajes que viven su sexualidad con abierta normalidad y por tanto encuentran más facilidades para poder expresarse como tales, lo cual da pie también a incidir en algunos clichés; por su parte, la película de Haigh se ubica en Nottingham, una ciudad no tan cosmopolita como el Londres multicultural y en un mundo no tan empático con los homosexuales como suelen serlo las grandes capitales que atraen a turistas gays con alta capacidad adquisitiva. El matiz es importante, pues en este siglo XXI el tema de la aceptación de la libertad sexual de las personas no está tan extendido como habitualmente, y dentro de nuestra mentalidad moderna, suele entenderse.