Somos muy fans de las películas nacidas para hacer que lo pasemos en grande. Evidentemente, no hace falta que todos los proyector tengan el objetivo de ganar una pila de Oscars, con hacernos parar un buen rato ya vamos mas que servidos. Algo que consigue sin muchos esfuerzos ese trepidante thriller llamado Fractura.
Mientras viajan a través del país, Ray (Worthington), su mujer y su hija hacen una parada en una zona de descanso y la niña tropieza, rompiéndose el brazo. Los tres ponen rumbo al hospital y, tras varias horas de trayecto, por fin logran que su hija sea atendida. Agotado, Ray se queda dormido esperando a los resultados sobre la gravedad de las lesiones. Cuando despierta, nadie del hospital recuerda haber visto a su familia, ni existen datos de que alguna vez hayan ingresado en él…
No es ninguna obra maestra, pero el thriller de Netflix consigue algo realmente valorable: Mantenernos sin respiración durante los cien minutos de metraje. Sam Worthington (Avatar) vuelve a mostrarse como un intérprete solvente en un filme que nos engaña constantemente de una forma realmente gustosa. Fractura es un sensacional plan para disfrutar de un buen rato de cine.