Ha vuelto a suceder. Sin que nadie lo esperase, en Netflix han dado con la tecla por enésima ocasión consecutiva. A pesar de sus muchos y ambiciosos proyectos televisivos, la plataforma de streaming has visto como uno de sus productos más inesperados se convierte en todo un fenómeno. Hablamos, como no podía ser de otra forma, de ¿Quién mató a Sara?
Tras 18 años de encarcelamiento injusto, Alex Guzmán es liberado con el plan perfecto para descubrir quién mató a su hermana Sara y por qué la familia Lazcano lo culpó del crimen. Lo que no sabe, es que la búsqueda de pruebas lo llevará por un desvío mucho más peligroso de lo que imaginaba. Cuando finalmente se enfrente al verdadero culpable, Alex deseará no haber buscado su venganza.
Con ese argumento se presenta una serie llegada directamente desde México y qué, con aires de telenovela, es capaz de crear un relato policiaco realmente adictivo. De alguna forma, ¿Quién mató a Sara? Bebé de la esencia pura de la telenovela al mismo tiempo que consigue darle una vuelta de tuerca. Curioso caso el una ficción que a primera vista no resulta el producto más atractivo del planeta, pero que no tarda en conquistarnos a lo grande. ¿Quién mató a Sara? es adictiva.