La cosa no terminaba de despegar. Con el nuevo siglo llegaba el auge de las series televisivas en todo el planeta. Antes de que las plataformas de streaming terminasen por disparar todo, ya eran muchas las ficciones que mostraban un salto de calidad descomunal. Una ola que se resistía a llegar a nuestro país. Sin embargo, el el año 2011 llegaba una ficción que lo ponía todo patas arriba. La primera gran obra maestra de la producción nacional: Crematorio.
En los años 90, un constructor sin escrúpulos (Pepe Sancho), que ha amasado una gran fortuna con empresas agrícolas, se dedica a hacer negocios en el litoral español. Tras la muerte de su hermano, crea un gran entramado empresarial y urbanístico que lo convierte en el hombre más poderoso de Misent, una ciudad imaginaria del Levante español.
Con grandes dosis de realidad y talento, la serie protagonizada por Pepe Sancho se convertía en Los Soprano de la ficción nacional. Crematorio nos dejaba noqueados con su apuesta por el formato de miniserie de 8 episodios y aplicando al fin esa política instaurada a nivel mundial de 50 minutos por capítulo. Nada tenía que envidiarle la serie a cualquier gran producción internacional, con su apuesta por una oscuridad tan real que noqueaba.
Ahora se cumplen 10 años del estreno de Crematorio y no hemos podido resistirnos a brindarle nuestro particular homenaje. Una joya que mostró el camino por vez primera.