Es un espectáculo que nunca nos cansamos de disfrutar. Pese a que ha llovido un cuanto desde que Zack Snyder se descolgase con esa maravilla titulada 300 (2007), lo cierto es que seguimos pasándolo en grande con cada reencuentro con Leónidas y sus espartanos. La adaptación del cómic de Frank Miller nunca pasa de moda. Y es que podemos luchar la batalla de las Termópilas todas las veces que haga falta.
Año 480 a.C.. El objetivo de Jerjes, emperador de Persia, era la conquista de Grecia, lo que desencadenó las Guerras Médicas. Dada la gravedad de la situación, el rey Leónidas de Esparta y 300 espartanos se enfrentaron a un ejército persa que era inmensamente superior.
Épica, salvaje, trepidante e inolvidable. 300 es una joya del cine moderno y una de las mejores muestras de que Zack Snyder es un director sensacional. Eso sí, el director quería una tercera entrega para cerrar la saga, pero la idea que puso sobre la mesa no convenció nada a los responsables de Warner.
Tal y como acaba de confesar el propio Zack Snyder, su plan era el de una historia de amor homosexual con grandes dosis de guerra. Sin embargo, la compañía la descartó. “Me encantaría hacerla, pero Warner Bros dijo que no… Ya sabes, no son grandes admiradores míos. Es lo que hay”, afirmaba el director en declaraciones a The Fourth Wall. Una pena.