Nadie esperaba un final tan prematuro e inesperado. Después de muchos meses especulando sobre Territorio Lovecraft, la serie se plantaba en la parrilla de HBO a finales del pasado verano. La ficción estaba llamada a jugar en las grandes ligas. De hecho, no eran pocos los que especulaban con que iba a ser la más brillante producción del año. A medida que pasaba el tiempo y con la atractiva campaña promocional, a todos empezaba a darnos en la nariz que estábamos ante una ficción de las que iban a recordarse durante mucho tiempo. Nada más lejos de la realidad.
Sus interpretaciones, su trama y la creación de personajes difícilmente podrían resultar mejor trabajadas. Lapidaria en su retrato del racismo, la ficción se movía en el terreno de lo sutil sin perder la capacidad para atraparnos y entretenernos. Para colmo, la trama de Territorio Lovecraft resultaba de lo más sugerente, en un territorio lleno de monstruos humanos y no tan humanos. Puede que no alcanzase el nivel de obra maestra, pero la serie no estaba nada mal. ¿Qué falló entonces?
Puede que fuese su pregonado acercamiento al mundo Lovecraft y que este no tuviese su reflejo en la serie tal y como se esperaba. Si no, sería su arriesgada apuesta. Incluso las elevadas expectativas pudieron jugarle una mala pasada. En cualquier caso, lo que está claro es que el público le daba su espalda a Territorio Lovecraft y ahora HBO le ha dado la puntilla con una cancelación que se veía venir. La serie no pasará de su primera temporada y es toda una pena. Otra grande al cementerio de elefantes de las ficciones que nunca llegaron a donde se esperaba.