Está claro que no fue una decisión demasiado acertada. La historia del cine está llena de películas que nunca llegaron a ser. Mejor dicho, está abarrotada de cintas que pudieron ser muy distintas. Si no, que le pregunten a nuestro queridísimo Matt Damon.
Pudo ser el mismísimo Jake Sully. Cuando James Cameron se puso manos a la obra con Avatar, intención no era otra que la de contar con Matt Damon como protagonista de la cinta. El popular actor debía asumir el papel que terminó en manos de Sam Worthington. Por aquel entonces, Damon estaba inmerso de lleno en el rodaje de la saga Bourne, lo que le llevo a rechazar una oportunidad que habría sido única.
Tal y como el propio Matt Damon acaba de confesar, tan empeñado estaba James Cameron convertirlo en su protagonista que llego a ofrecerle el 10% de la recaudación en taquilla. Hablando en plata, el actor se habría embolsado la friolera de 280 millones de dólares por su trabajo en Avatar. Eso por no contar lo que se podría haber llevado con las cuatro secuelas que ya se encuentran en pleno desarrollo.
Nunca es fácil tener el ojo suficiente como para descubrir qué proyecto es el adecuado en el que embarcarse, pero hay errores que se recuerdan para siempre. Ahí sigue el pobre Matt Damon dándole vueltas a la cosa.