Somos unos defensores a ultranza de todo lo que hace Kevin Costner. Son incontables sus trabajos gloriosos como actor y director, a pesar de que muchos se empeñan en infravalorarlo. No hay género que se le resista al bueno de Kevin. Sin embargo, no vamos a ocultar que cuando más nos seduce es cuando decide embarcarse en westerns del calibre de Bailando con lobos u Open Range.
Así las cosas, nuestra emoción se disparaba allá por 2018 gracias a una serie de esas con aroma a maravilla. Y es que Yellowstone, la ficción protagonizada por Kevin Costner, tenía todos los ingredientes para convertirse en uno de los mejores trabajos del año televisivo. Sin embargo, la cosa no entraba como cabía esperar.
Pese a los sensacionales trabajos de sus protagonistas, a una trama interesante y a una puesta en escena sensacional, parece que público y crítica nunca encajaban bien el ritmo pausado de esta maravilla. Por suerte, con el tiempo se iba abriendo paso esa maravilla titulada Yellowstone hasta hacerse con legiones de incondicionales, lo que ya ha provocado que transite hacia su cuarta temporada.
¿De qué va Yellowstone? John Dutton (Costner) es el propietario del rancho más grande de Estados Unidos. Él y sus hijos entablarán una lucha sin cuartel contra una reserva india y contra el Gobierno federal de Estados Unidos que intenta expandir el parque nacional contiguo a la propiedad de los Dutton.
No se como serán las siguientes temporadas, pero la primera es hilarantemente idiota, las situaciones dramáticas se suceden de forma tan forzada y ridícula que se tornan infantiles, al terminar de verla me quede con la sensación de haber estado mirando una comedia de Benny Hill.